Primer edificio ecológico chino ahorra 70% de energía
"Si se aplicase esta tecnología a todos los edificios nuevos no residenciales se conseguiría, anualmente, un ahorro energético equivalente a toda la producción de la presa de las Tres Gargantas", explicó Robert Watson, asesor de la organización estadounidense Consejo para la Defensa de los Recursos Naturales (NRDC).
Diseñado por expertos estadounidenses y chinos, el edificio de oficinas es el primero en el país asiático que recibe el certificado "LEED", (Liderazgo en Energía y Diseño Ambiental), creado en 2000 por una coalición de empresarios de la construcción estadounidense preocupados por la conservación del medioambiente.
En un recorrido por la construcción de ocho pisos, Watson explicó que el jardín instalado en la azotea acumula el 70 por ciento del agua de lluvia y filtra los agentes contaminantes, gracias a un suelo artificial desarrollado a partir de especies naturales de Pekín.
Por su parte, los paneles solares instalados en la azotea proporcionan el 10 por ciento de la energía utilizada en el edificio, construido con materiales reciclables y duraderos, y con un entorno interior "saludable".
Un filtro invisible en las ventanas evita la entrada del calor en verano y su salida en invierno, mientras que los urinarios no emplean agua sino una cera con agentes descontaminantes que absorbe el olor y permite ahorrar 15.000 litros de agua al año.
Tras presentar el proyecto junto con responsables del Ministerio de Construcción, Watson instó al Gobierno chino a crear su propio certificado de edificios ecológicos y a reconocer los vigentes en otros países, como el BREAMM británico, el Green Star australiano o el CAS-BEE japonés.
Sobre el objetivo de reducir a la mitad el consumo energético de todos los edificios nuevos, anunciado este año por Pekín, dijo a EFE que "es posible conseguirlo, aunque el problema está en que todos tengan acceso a la tecnología, y esto va a llevar tiempo".
Se refirió también al coste de este tipo de construcciones, que muchos han señalado como su principal problema, y explicó que, en realidad, "lo más caro es que se trata de edificios nuevos y necesitan investigación, pero a la larga resultan más económicos".
"Espero que en los próximos cinco años el 25 por ciento de las construcciones de China sean de este tipo", apuntó.
En este sentido, señaló que el 90 por ciento de la tecnología empleada en el edificio es china.
"En poco tiempo los chinos podrán exportar su propia tecnología, algo bueno porque la producción aquí es más barata, aunque no deben olvidar que la colaboración internacional es también importante", manifestó.
El ministro de Construcción chino, Wang Guangtao, anunció esta semana que China podría reducir sus emisiones de efecto invernadero en 846 millones de toneladas de dióxido de carbono si todos los edificios nuevos fueran ecológicos, teniendo en cuenta que los actuales consumen hasta el 40 por ciento de toda la energía del país.
Diseñado por expertos estadounidenses y chinos, el edificio de oficinas es el primero en el país asiático que recibe el certificado "LEED", (Liderazgo en Energía y Diseño Ambiental), creado en 2000 por una coalición de empresarios de la construcción estadounidense preocupados por la conservación del medioambiente.
En un recorrido por la construcción de ocho pisos, Watson explicó que el jardín instalado en la azotea acumula el 70 por ciento del agua de lluvia y filtra los agentes contaminantes, gracias a un suelo artificial desarrollado a partir de especies naturales de Pekín.
Por su parte, los paneles solares instalados en la azotea proporcionan el 10 por ciento de la energía utilizada en el edificio, construido con materiales reciclables y duraderos, y con un entorno interior "saludable".
Un filtro invisible en las ventanas evita la entrada del calor en verano y su salida en invierno, mientras que los urinarios no emplean agua sino una cera con agentes descontaminantes que absorbe el olor y permite ahorrar 15.000 litros de agua al año.
Tras presentar el proyecto junto con responsables del Ministerio de Construcción, Watson instó al Gobierno chino a crear su propio certificado de edificios ecológicos y a reconocer los vigentes en otros países, como el BREAMM británico, el Green Star australiano o el CAS-BEE japonés.
Sobre el objetivo de reducir a la mitad el consumo energético de todos los edificios nuevos, anunciado este año por Pekín, dijo a EFE que "es posible conseguirlo, aunque el problema está en que todos tengan acceso a la tecnología, y esto va a llevar tiempo".
Se refirió también al coste de este tipo de construcciones, que muchos han señalado como su principal problema, y explicó que, en realidad, "lo más caro es que se trata de edificios nuevos y necesitan investigación, pero a la larga resultan más económicos".
"Espero que en los próximos cinco años el 25 por ciento de las construcciones de China sean de este tipo", apuntó.
En este sentido, señaló que el 90 por ciento de la tecnología empleada en el edificio es china.
"En poco tiempo los chinos podrán exportar su propia tecnología, algo bueno porque la producción aquí es más barata, aunque no deben olvidar que la colaboración internacional es también importante", manifestó.
El ministro de Construcción chino, Wang Guangtao, anunció esta semana que China podría reducir sus emisiones de efecto invernadero en 846 millones de toneladas de dióxido de carbono si todos los edificios nuevos fueran ecológicos, teniendo en cuenta que los actuales consumen hasta el 40 por ciento de toda la energía del país.
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